Una estrategia sólida te da dirección y control sobre tus decisiones financieras. Estas son algunas de las más efectivas y fáciles de implementar si estás comenzando.

1. Invertí periódicamente y de forma disciplinada
El método conocido como “dollar-cost averaging” implica invertir una suma fija todos los meses (por ejemplo $100), sin importar si el mercado sube o baja. Esto ayuda a reducir el impacto de la volatilidad y genera una disciplina positiva.

2. Usá fondos indexados si querés bajo costo y buen rendimiento
Los fondos indexados (como los que siguen al S&P 500 o MSCI World) permiten acceder a muchas empresas con una sola inversión. Tienen bajas comisiones y han mostrado rendimientos históricos competitivos.

3. Reinvierte utilidades y dividendos para acelerar el crecimiento
Si tus inversiones pagan dividendos, podés optar por reinvertirlos automáticamente. Esto potencia el interés compuesto: tus ganancias también generan ganancias, acelerando el crecimiento del portafolio.

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